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Mensaje de la Dra. Rigoberta Menchú Tum ante el fallecimiento de Monseñor Samuel Ruiz.
Miércoles 26 Enero 2011 - 16:11 :Con profundo dolor y tristeza, he conocido la noticia del fallecimiento de mi querido Tatik, amigo, maestro y hermano del alma, obispo Samuel Ruiz García.
“Don Samuel Ruiz” como se le conoció, fue un hombre de paz, ejemplo de solidaridad, comprometido con los pueblos empobrecidos y excluidos de México y del mundo, en particular con los pueblos indígenas en Chiapas. Un defensor incansable de los derechos humanos y un cristiano cuya acción le convierte en un referente incuestionable para los hombres y mujeres que buscan la coherencia en lo cotidiano entre los principios, la práctica y la fe. Tuve la fortuna de vivir a su lado y ser protegida por él en los momentos más dolorosos de mi vida.
Gracias Monseñor Samuel Ruíz por su inmenso corazón piadoso para conmigo y los miles y miles de refugiados guatemaltecos que en una de las épocas más crueles e inhumanas de represión que vivió Guatemala, tuvimos que huir de nuestras comunidades y pueblos para salvaguardar nuestras vidas y usted nos ayudó. Indudablemente su calidad humana y su extraordinaria solidaridad, ha sido y seguirá siendo uno de los más grandes testimonios de amor, fe, compromiso y lucha en contra del genocidio que vivió mi pueblo.
Ninguna duda cabe mi querido Tatik (Monseñor Samuel Ruiz), que con su irreparable pérdida, termina una vida de trabajo por la justicia social, de profundo amor al prójimo y de vocación por la paz.
A su familia, a la iglesia católica, a todo el pueblo mexicano comprometido en la defensa de los derechos humanos y de los Pueblos Indígenas y con la paz, expreso en nombre de mi familia, del pueblo de Guatemala y del mío propio, mis más sinceras y profundas condolencias.
Gracias Monseñor Samuel Ruíz por su inmenso corazón piadoso para conmigo y los miles y miles de refugiados guatemaltecos que en una de las épocas más crueles e inhumanas de represión que vivió Guatemala, tuvimos que huir de nuestras comunidades y pueblos para salvaguardar nuestras vidas y usted nos ayudó. Indudablemente su calidad humana y su extraordinaria solidaridad, ha sido y seguirá siendo uno de los más grandes testimonios de amor, fe, compromiso y lucha en contra del genocidio que vivió mi pueblo.
Ninguna duda cabe mi querido Tatik (Monseñor Samuel Ruiz), que con su irreparable pérdida, termina una vida de trabajo por la justicia social, de profundo amor al prójimo y de vocación por la paz.
A su familia, a la iglesia católica, a todo el pueblo mexicano comprometido en la defensa de los derechos humanos y de los Pueblos Indígenas y con la paz, expreso en nombre de mi familia, del pueblo de Guatemala y del mío propio, mis más sinceras y profundas condolencias.
Rigoberta Menchú Tum
Premio Nobel de la Paz
Guatemala, 25 de enero de 2011
Premio Nobel de la Paz
Guatemala, 25 de enero de 2011
